Seguimos hablando sobre el cinematógrafo, a partir de este aparato se despliegan varias posibilidades, de una realidad alterna, la propia, una utópica, se separa de la película y se crea casi casi una nueva realidad. La pantalla se vuelve un portal o espejo; cuando se descubre que el hombre tiene un gusto por la contemplación se empieza a cuestionar sobre que debería serlo, entonces el cine al reproducir ciertas imágenes se convierte en un espectáculo.
En esta parte retoma a Lumiere, cargando a las imágenes de poesía y belleza para caracterizar a la realidad retratada.
Ahora habla sobre la fotogenia, que es la cualidad que tiene un objeto, lugar o persona ante el lente de la cámara. En este momento histórico es cuando la fotografía empieza a ser una necesita, pero aplicado al concepto de registro, evidencia; el recuerdo del pasado hacia el futuro.
Se le dota a la fotografía de cuerpo y alma.
Me encanta que recaiga en que el cine sumerge al espectador en él, como es que trasciende, puede o no distorsionar la realidad. Es impresionante el contraste de cómo algo que empezó con un fin científico, terminó siendo tan importante para la cultura y dio un giro a la realidad en cuanto a como la percibíamos.
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